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viernes, 6 de junio de 2008

Historias para no dormir: Capítulo II



NUNCA DIGAS DE ESTE CAFÉ NO BEBERÉ (Teoría aplicable a cualquier producto de vuestra devoción)

He caído, lo confieso. Después de aquel discursito sobre la aparente arrogancia de Nespresso y a pesar de que en aquella visita a su maison sólo me dejé tentar por un chupito de su elixir, he caído como una chinche ante un ataque de plaguicida. Yo y todo mi equipo, que sólo somos dos pero hacemos mucho ruido.

Me encanta el café y desde hace algún tiempo intento no tomar más de dos tazas al día (atrás quedaron los cinco o seis diarios) por lo que siempre peleo porque sean de calidad. En mi anterior trabajo disfrutaba dándole a la KRUPS un par de veces durante la jornada y en casa me hacía mis mezclas en una Bialetti clásica (con café Illy de a 8€ los 200gr) que ahora descansa en un cajón con el orgullo herido.

El pasado martes regresaba de mis clases y al abrir la puerta de casa me golpeó en las aletas ese aroma inconfundible (eccolo! quando arrivo a casa...). Eran las 11 de la noche y me extrañó. Hasta que entré en la cocina intrigada por la medio sonrisa de Mr.Stiletto (recordemos aquello de Los-Tacones-Son-Comodísimos) y ahí estaba: un huevito de color plomo con el dibujo de una taza mediana parpadeando. Sé que es escalofriante pero no pude resistirme a acariciarla: mi nueva cafetera de Nespresso con todos sus complementos (y ahora viene lo bueno):
1) Catálogo 'La Experiencia de un Café Perfecto' y 2) Estuche (deberíais ver el nivel del estuchito) con 12 variedades del néctar (3 da cada tipo=36 dosis de café!!!). Por si no era suficiente, el armario estaba lleno de 3) capsulitas de colores 'para ir reponiendo'. Te da hasta pena tirarlas.

¿Y qué tal el café, me preguntáis? Pues fresco, buenísimo, con la espuma justa. Me encanta distinguir las peculiaridades de cada variedad, la acidez, la fuerza. Pero sé que nada sería lo mismo si no hubiera cápsulas de colores, cajas que parecen esconder sortijas y máquinas con forma de huevo hechas con aluminio pulido y del tamaño de una mano. Caí, caí en su marketing (así como ellos no caen en el de los demás). Está claro que todo cuenta para sentir esa experiencia sensorial de la que alardean en su catálogo y que cada detalle es imprescindible para entender la cara de George Clooney y su 'Nespresso. What else?'.

1 comentarios:

Marulia dijo...

¡Vaya con Mr. Stilleto, qué bien te trata! Pero no te excedas con la cafeína q últimamente estás "alterá de natural" ;)
La verdad es q entran por los ojos las capsulitas de colores ¡y en una cocina como la de Valerie parecen pequeñas piezas de museo, ja ja!


Maria